EL CAMINO ES CULEBRERO

 A las seis y cuarenta y siete minutos de la tarde del viernes  10 de de marzo de 1967, estaba en el corredor de su casa, junto a un hermano mayor, el niño, de cinco años, Francisco José González Piña, cuando de repente sintió una fuerte punzada en la mano derecha. Estaba sentado en una silla de cardón, con el espaldar mirando hacia delante y las manos casi al ras con  el suelo lo que facilitó que lo mordiera una mortífera coral. El niño empezó a llorar y a llamar a su madre que estaba detrás de la casa que tenían en San Diego, muy cerca de Burere. Lograron traerlo rápidamente al hospital San Antonio de Carora donde por ser viernes y Día del Médico sólo se encontraba el Dr. José Elías Curiel Bravo.  El poco suelo antiofídico que había en el hospicio local no lograba  neutralizar los efectos de la Elapidae. Mientras tanto las monjas del  San Antonio le aplicaban diligentemente paños humedecidos en hielo para evitarle la hinchazón y el dolor.

Para aquella fecha ya había muerto Don Valentín Torres, el culebrero más arrecho que ha tenido Carora.  La hermana mayor de Chico Ché trabajaba en Barquisimeto y angustiada le comentó a sus vecinos la tragedia de su hermanito. Un vecino suyo, el Sr. Enrique Rosello, radio-aficcionado, miembro del Radio Club Barquisimeto empezó a pedir ayuda en el extranjero a través de las ondas hertzianas. Desde Carora, Carlos José González, pionero de la radio afición torrense, hacia lo propio desde su “YV3BJ”, de 40 metros de banda,  enviando S.O.S y “C.Q” para tratar de salvar a aquel muchacho. Pronto la noticia se difundió  y todo el estado Lara estuvo atento al desarrollo de aquel evento.

Enrique Roselló, luego de varios intentos fallidos con la ayuda de Argentina, Chile, Colombia y Perú, logró que su SOS fue respondido por la central de Telecomunicaciones del Cuartel Central del Comando Sur los Estados Unidos, con sede el Panamá. Estos entraron en contacto con el Dr. Williams S. Haast, el culebrero más arrecho de los Estados Unidos de todos los tiempos. Hill Haast, a la sazón de 56 años de edad, ingeniero de vuelos y soldado de la Segunda Guerra Mundial,  era el Director del Serpentario de Miami, Florida. A los 12 años, siendo Scout, fue mordido por una Copperhead y a partir de allí su organismo desarrolló antídotos contra el veneno de los ofidios. Hasta el 2008, año en que muere Haast había sido mordido por serpientes venenosas al menos Ciento Ochenta y tres veces.
Del plasma de su sangre, Bill Haast preparaba un suero con el cual desde 1947 salvó muchas vidas por todo el mundo.

Una vez en el Hospital San Antonio, mister Haast le colocó la respectiva dosis de suero al niño de Burere y regresó confiado al aeropuerto de La Greda. Como el yelmo había quedado mal puesto al muchacho no se le notó mejoría.  Ante esta situación, una angustiada tía del niño gritó “ese doctor  lo que vino fue a matar a Chico Ché…” Doña Lila de Herrera logró llegar al aeropuerto cuando el helicóptero de las FFAA empezaba a elevarse. De regreso en el San Antonio, Haast colocó otro suero y pronto el muchacho mostró mejoría. Francisco José González Piña había vencido a la muerte. Desde entonces este caballero ha salvado una media docena de vidas humanas con su sangre  que sirve de antídoto contra el veneno de las serpientes.

 En  el 2008 la National Association of Education Procurement's le otorgó el Bert C. Ahrens Award, post mortem. Este es un premio que se otorga a aquellas personas que hayan hecho, durante lago tiempo, importantes contribuciones sobresalientes a favor de la Humanidad.

La tragedia y angustia vivida por la familia González Piña sirvió para que la sociedad larense valorizara la loable labor  social que adelantaba el Radio Club de Barquisimeto y de los radio-aficcionados en general. Así el 15 de marzo de 1967 tiene lugar una fiesta-homenaje al Radio Club Barquisimeto. Para esa ocasión el Ministro de la Defensa, el General Ramón Florencio  Gómez, manda a buscar al niño Francisco José González Piña en un Hércules de la Fuerza Aérea Venezolana que estaba destinado a combatir la guerrilla comunista.
 Aquel suceso fue toda una noticia de rango nacional. La revista Bohemia y Elite la reseñaron, igual lo hicieron los diarios El Impulso, El Nacional y El Universal. Después de aquellas mordida inicial Francisco José ha salvado más de media docena de vidas de víctimas de mordeduras de serpientes en varias regiones del país. Una de las últimas víctimas rescatadas de la muerte fue el Puerto Rico, parroquia Montañas Verdes.

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